Pocos títulos me quedan ya por comentar de la filmografía de Hayao Miyazaki. Pero no podía dejar este sin comentar. «La princesa Mononoke», junto a Chihiro de las favoritas del público, una película redonda. Si pensamos en el año 1997, Disney era el amo en occidente en el mundo de la animación. Sí,sí algunos titulos como el mítico «Akira» resonaban en oídos y ojos, pero en los expertos. Para el gran público animación era igual a Disney. En ese años estabamos entre «El Jorobado de Notre Dame» y «Hércules». Pero desde el país Nipon en festivales se empezaba a elogiar a la princesa con grandes halagos. Se decía que iba a ser un giro, que era arte. Los de la Disney se lo veían venir. Así que MIramax, sucursal de Disney, compró los derechos para emitir en cines y propagarla. Fíjate qué casualidad que la película no se anunció y paso poco tiempo, por pocos cines. Luego se disculpó…Pero señores, ya lo habían hecho. Así que la película se fue viralizando, llegandose pagar pastizales para finalmente emitirlas en las televisiones. Hoy en día e todo un mito sobre el cine de medio ambiente y la forma en la que la mayor parte de los mortales empezaron a amar a Hayao Miyazaki. «La princesa Mononoke» fue el comienzo que no acabaría hasta su última película.
Nos encontramos con una película sobresaliente en varios aspectos por separado. Un guión épico monumental, con un argumento jugoso que mezclaba mitología , con espíritu medioambientas/
La película trata sobre un viaje interior y exterior, un personaje que tiene que sobrevivir por una herida. En sus viajes por encontrar una forma de sobrevivir, la encuentra a ella. Una princesa criada entre los dioses de la naturaleza, humana pero sin serlo. La lucha de los humanos y la naturaleza. De unos dioses exiliados, en las últimas.Un canto a la naturaleza, una reflexión sobre lo que hacemos.