Nuevamente seleccionada para una antología de ciencia ficción, con…
A la espera
Miraba la pantalla atentamente esperando algo, así continuó con los ojos pegados. El run run del ordenador, las ondas y él. Sólo esperando al menos algún signo de vida o mueca. Hacía mucho que no sabían de él. De pronto casi de la nada y justamente cuando miraba sin mirar una segunda onda se acoplaba a la que llevaba horas mirando. Juntas danzaban con algún extraño ritual salido de alguna ley física que probablemente recordaba. Con el corazón encogido gritó:
– ¡Está vivo, está vivo!
El nanosatélite era, había hablado.